Educación Emocional

La educación emocional es algo fundamental en la vida de las personas, y es de gran importancia el empezar a desarrollarla desde edades muy tempranas.
Ésta permitirá a nuestros niños/as expresar y gestionar sus emociones y conseguir ser más sociables y autónomos. Por ello conseguirán muchos beneficios para ellos mismos, ya que conocerán sus propias emociones y además  a regular sus emociones y lo que sienten en cada momento, y, por otro lado, para las personas de su entorno, ya que les ayudará a ser más sociales porque desarrollaran la empatía. Con ello podrán ser más conscientes de lo que sienten las personas de su alrededor y actuar en consecuencia.

Para trabajarla en casa de una forma diaria, os dejamos a continuación un pequeño esquema con 6 consejos a tener en cuenta:





Hoy en día, trabajar las emociones es muy importante y sobretodo desde que el niño es pequeño, para que de este modo sepa identificarlas, diferenciarlas y expresarlas correctamente. Teniendo como resultado una vida saludable. Por ello, hoy se van a recomendar actividades con las que se puede practicar de forma lúdica. 


  • El twister:
Este juego consiste en el Twister. Este consiste en una alfombra con círculos de distintos colores dispuestos en toda ella y una ruleta con una flecha que marca donde tienen que poner una pierna, teniendo en cuenta la derecha y la izquierda, y la mano, volviendo a tener en cuenta la izquierda y derecha. Por lo tanto, tendrás que poner una extremidad en un color determinado.  Es un juego común al que todo el mundo sabe jugar pero no todos lo tenemos en nuestras casas pero no hay problema. Este juego se puede realizar por nosotros mismos de una forma muy económica. De hecho, se puede realizar con ellos.

Los materiales que se necesitan son los siguientes: papel continuo, folios de colores, rotuladores, una chincheta, una goma, tijeras, celo y un clip.


Los pasos para hacer la alfombra son los siguientes. Primero se debe hacer varias caras de las distintas emociones en los folios de colores, con forma circular. Hay que tener en cuenta que a cada emoción le corresponde un color, no puede ponerse una cara de distintos colores. Las emociones que hemos escogido son cuatro: alegría, tristeza, enfado y sorpresa. Tras haberlas dibujado y recortado, se deben pegar en el papel continuo, pero deben estar intercaladas, no las del mismo color con las suyos. Todas mezcladas y separadas, pero con una estructura (en líneas). Los pasos a seguir para la ruleta son los siguientes. Primero se debe recortar un folio (de un color claro para que se vea con mayor claridad lo que se pondrá) en formar circular, del tamaño del folio. Tras haberlo recortado se parte el circulo en cuatro segmentos. Cada segmento tendrá un color y una emoción distinta a los otros  segmentos. Es recomendable que a cada emoción se le atribuya el color que es habitual atribuirle. Por ejemplo, a la emoción de enfado en color rojo, a la de alegría el color verde, a la tristeza el azul y a la sorpresa el amarillo. Tras haber hecho esto se vuelve a partir cada segmento en otros cuatro. En cada uno de estos segmentos se pondrá: mano derecha, mano izquierda, pie izquierdo y pie derecho. En consecuencia, estas indicaciones saldrán reflejadas cuatro veces cada una, porque todos los segmentos tendrán que tenerlo. El paso final es poner la chincheta en el centro, atravesado un clip, y clavarle a tras una goma. El clip será la flecha que señale que tiene que hacer cada uno.

Hay que tener en cuenta que con este juego no solo se trabajarán las emociones sino también la motricidad gruesa.

Además, el Twister es un material que se puede reutilizar porque, por ejemplo, se pude poner como mural en la clase y preguntar cosas sobre él a los alumnos. Por ejemplo, a nivel matemático, dónde están las caras de color rojo (situación), cuántas hay de cada uno, qué emociones hay, etc. Además otra posible actividad es la dramatización de las mismas por parte de los alumnos o preguntarles por las diferencias entre una emoción y otra. También se puede poner fotos de cada uno de los alumnos con bluetack atrás y que según cómo se sintiesen lo pegasen en la emoción correspondiente. Luego se les debería preguntar por qué sienten así. Por lo tanto, el Twister, en este caso, es una herramienta que se puede reutilizar y que trabaja muchos aspectos a la vez.

Hay que tener en cuenta que si son demasiados alumnos se debería hacer varias alfombras, ya que el precio de los materiales son de muy bajo coste. 

  • El cuento:
Para llevar a cabo una actividad  más concreta, existen múltiples formas de trabajarla, entre ellas, una de las herramientas principales en Educación Infantil: el cuento.
Para llevar a cabo esta actividad lo que vamos a hacer es mediante un cuento, que los niños detecten que es lo que están sintiendo los personajes en un momento determinado de la historia.
En este caso nos hemos inventado una pequeña historia, pero existen una gran cantidad de recursos relacionados con la educación emocional, como por ejemplo con cortos animados: 

          

Como se ha dicho en este caso vamos a inventar una pequeña historia que es la siguiente:

Laura es una niña de 5 años, es muy simpática y divertida, le encanta ir al colegio y jugar con sus compañeros de clases y aprender,  y además, ¡Inventa unas historias increíbles! Laura vive muy feliz con sus padres.  
Un día los padres de Laura decidieron que había llegado el momento de que se cortase el pelo, ya que lo tenía muy, muy largo. Laura se puso muy nerviosa, porque a ella le gustaba mucho su pelo largo y ¡No quería cortárselo! y cuando estaban llegando a la peluquería empezó a sentir miedo…
Ya en la peluquería, una peluquera muy simpática le corto el pelo a Laura, cuando terminó puso a Laura delante de un espejo muy grande para que pudiese ver muy bien su nuevo corte. Laura ¡Se sorprendió muchísimo! Tenía el pelo muy muy corto…no le gustaba nada… y se enfadó con sus padres durante todo el camino de vuelta a casa, por haberla obligado a cortarse el pelo aunque ella no quería.
Una vez en casa, y después de cenar, Laura se fue a la cama y se puso a pensar que pasaría mañana en el colegio cuando sus compañeros de clase viesen su nuevo corte… y se empezó a poner muy triste, porque pensaba que sus amigos se iban a reír de ella.
¡Pero no se rieron de ella! Sus compañeros dijeron que estaba muy guapa, y además Laura se dio cuenta que ahora era más fácil jugar, porque el pelo no  le molestaba. Entonces se que sus padres al tomar esa decisión, lo único que querían era lo mejor para ella… Así que les pidió perdón por su comportamiento del día anterior, y se fueron los tres juntos muy felices al parque.

Lo primero que vamos a hacer es leer el cuento, para que los niños conozcan la historia. Después podríamos trabajar un poco las partes del cuento, para que a los niños les quede claro lo que sucede en cada situación.

Lo siguiente será la actividad en cuestión, lo que vamos a necesitar para llevar a cabo esta actividad es papel para hacer un mural y pinturas de colores. En él vamos a dibujar las escenas clave del cuento. En este momento podemos explotar nuestra creatividad, usando diferentes pinturas, texturas, diseños… Aunque también podríamos dibujarlo en el ordenador, y proyectarlo en una pantalla digital. Y por otro lado también podrían pintarlo los niños. Lo importante en cuanto al dibujo es dejar la cara del personaje principal vacío, sin ningún tipo de emoción. Algo a tener en cuenta en esta actividad es crear un personaje con el cual el niño pueda sentirse identificado, y que de esta forma le pueda ser más fácil ponerse en el lugar del personaje principal.

Lo siguiente será con posits, hacer en estos diferentes caras que expresen emociones: tristeza, alegría, sorpresa, miedo, nervios, vergüenza, aburrimiento… También podemos, si queremos, relacionar las emociones con colores, por ejemplo en un posit rojo dibujar una cara de enfado.

A continuación pondremos el mural en un lugar que esté bien visible, y comenzaremos a contar el cuento. Al llegar a la situación que se está representando en el mural, el niño deberá escoger de entre todos los posits, cuál considera que es la emoción que está sintiendo en ese momento el personaje. En el caso de que el niño no responda lo que se espera, debemos preguntarle el ¿Por qué?, ya que puede ser que simplemente se haya confundido o que para él en ese momento se deberían sentir otras cosas. Dejar que expresen sus emociones.


Como comprobareis ésta es otra actividad en la cual los recursos son muy baratos, y son muy fáciles de conseguir. ¡Además nos ofrece muchas opciones en cuanto a explotar nuestra creatividad!


  • Juego: "La cadena"

Este juego consiste en una cadena la cual servirá como ejercicio para el reconocimiento de las propias emociones y de las de los demás.

En primer lugar asignaremos a los niños un papel en la cadena. La cual se compone de dos personas: el primero, debe de coger un papel en el que está escrita el nombre de una emoción y deberán de representarlas mediante gestos al siguiente compañero. El segundo componente de la cadena deberá de reconocer la emoción que representó el anterior compañero y además dibujar una cara al muñeco que se encontrará en la pizarra en forma de mural, que exprese la emoción que reconoció previamente. De esta manera nos aseguramos de que los niños reconozcan las emociones de los demás y sepan representarlas.

Los materiales necesarios para la realización de esta actividad son los siguientes: Papel continuo, cartulina, rotuladores, cinta adhesiva y tijeras.

Para realizar las cartulinas, debemos de seleccionar algunas emociones que los niños sean capaces de reconocer: alegría, tristeza, sorpresa, enfado… y dibujaremos con los rotuladores una cara con la expresión facial que suponga dicha emoción. Al lado, escribiremos el nombre de la emoción. Por otro lado, para realizar el mural, necesitaremos papel continuo en el que dibujaremos el cuerpo de un niño sin cara y rotuladores para colorearlo y contornearlo, para que los alumnos dibujen la cara que reconocieron dependiendo de la representación del anterior compañero.


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