Malos modales

Si dotamos a los niños de una educación en buenos modales en la infancia crearemos a adultos respetuosos, tolerantes, responsables y preparados para vivir con los demás en la adultez.

Es necesario tener en cuenta que los niños suelen ser un reflejo del comportamiento, las actitudes y los actos de lo que ven en su hogar. Esto se produce sobre todo en edades tempranas cuando los niños solamente tienen contacto social con la familia y por ende, debemos tener cuidado con lo que ven ya que ellos se percatan de nuestros gestos, de nuestro lenguaje, de nuestro comportamiento hacia los demás… Es decir, como padres tenéis que ser conscientes de que durante los primeros años de vida vais a ser su único o, al menos, su principal referente.

Es obvio que en los primeros meses de vida los niños no pueden empezar a aprender estos modales ya que no tienen ni el desarrollo motriz necesario, pero en cuanto comiencen a hablar es bueno ir introduciéndoles palabras como “por favor” y “gracias”. Esto no significa que ellos lo vayan a utilizar pero poco a poco pasarán de tener estas palabras en un vocabulario pasivo a tenerlas en el vocabulario activo. Para ello, tal y como siempre se ha hecho es bueno preguntarles “¿cómo se pide?” y “¿qué se dice?”.

El siguiente paso que se puede llevar a cabo es cuando estéis sentados en la mesa todos juntos para comer o cenar que intente estar un rato sin levantarse de la silla o trona, sin tirar nada… Con dos años es un gran logro que aguanten quietos unos minutos; pero se irán acostumbrando poco a poco y podrán ir aumentando el tiempo de estar sentado en la mesa. Debemos resaltar siempre sus logros, por muy pequeños que sean y debemos recordar que son niños pequeños, por lo que es importante mantener la calma si no logramos lo que queremos al principio.

Otro paso más sería que los niños saludasen con un “hola” cuando lleguen a un lugar con gente nueva y “adiós” cuando se vayan. Para esto es vital que los niños vean cómo lo hacemos nosotros. Así podrán ir teniendo contacto con otros niños y se irán socializando. Así, el siguiente paso que debemos llevar a cabo es el de explicarles que si están jugando con otros niños es normal que usen sus juguetes, al igual que ellos juegan con los de los demás. Esto es muy difícil para ellos por el egocentrismo que todos sufren en estas edades pero poco a poco podrán ir comprendiéndolo hasta que dejen de discutir entre ellos por los juguetes.

Cuando son más mayores, los niños y niñas comienzan a dar malas contestaciones, se debe a que éstos van desarrollando su personalidad; no debemos olvidar que es importante que establezcan su propio criterio y que cuestionen lo que se les dice pero deben lograrlo con mucha educación y con el máximo respeto. Para manejar esta situación es importante.

1.  Tener en cuenta que no es un ataque personal contra nosotros: Es una parte normal del desarrollo y crecimiento del niño y a veces, no saben expresar lo que quieren decir o lo que sienten de otro modo porque eso es lo que han visto con sus amigos o compañeros de clase.
2. Evitar luchar: Como padres es imprescindible que no contestéis con malos modos ya que esto les haría pensar que no es tan malo lo que están haciendo cuando vosotros mismos lo hacéis también.
3. Ante una mala respuesta o una contestación se debe tratar de averiguar el por qué de la misma: Los niños y niñas también tienen sentimientos y a veces responden de esta forma a modo de defensa porque están molestos por algo. Por ello se les debe preguntar qué es lo que le pasa y escucharle su respuesta.
4. Explicarles en un tono sosegado que si no te dicen las cosas de la manera correcta no les vas a escuchar: Un ejemplo de esto sería : “Me parece muy bien que me digas qué piensas y sientes de lo que no te gusta pero no me lo puedes decir gritando así que estaré encantado de hablar contigo y que me digas lo que quieras cuando me hables adecuadamente”. Después de decir esto no hay que dar mayor importancia al tema, solamente lo podremos repetir de manera relajada si el niño o niña no lo ha entendido.
5. Cuando el niño dé su opinión, aunque no nos guste lo que nos dice, mientras lo haga de manera adecuada le tendremos que prestar atención y le reforzaremos esa conducta.
6. No se debe criticar al niño o niña sino siempre a su forma en la que se ha expresado.

Estos son solo algunos de los pasos que es conveniente llevar a cabo para que desde pequeños los niños y niñas tengan una buena educación tanto en casa como fuera de ella. Si se os ocurre algún ejemplo más podéis ponerlo en comentarios, será bienvenido y puede ayudarnos a todos.